El proyecto busca desde el inicio la orientación norte-sur, teniendo la disposición del solar, la sostenibilidad, edificabilidad, y la cercanía de una rambla como parámetros iniciales.

El edificio se ajusta a la línea limítrofe del Patricova, convirtiendo la parcela de estudio en una parcela longitudinal Norte-Sur. La parcela se divide de forma clara en dos zonas, una franja de comunicaciones orientada a Oeste, y diversas bandas programáticas transversales divididas entre sí con patios de 4,8 metros de ancho. Gracias a este diseño, se permite desarrollar una propuesta funcional clara para todos los usuarios del ediifcio.

El propio diseño permite flexibilizar los espacios según las necesidades futuras del edificio, al diferenciar en planta la zona de recorridos y comunicaciones del centro de salud, planteando bolsas estanciales y funcionales, que con pequeñas modificaciones de tabiquería, pueden modificar su funcionamiento. Además, de cara a una futura ampliación, se podría ocupar la zona Este de la parcela, ampliando dichas bolsas estanciales, y creando una nueva banda de comunicación que permita cumplir con la normativa de accesibilidad y seguridad en caso de incendios.